dijous, 4 de març del 2010

CIRUGIA PODOLOGICA


El uso de la cirugía a menudo se toma como "la solución".
Es difícil para mi creer que algo que se ha elaborado durante miles de millones de años de evolución, se pueda solucionar con un "cortar y pegar", como se suele hacer frecuentemente en la cirugía podológica.
El pie es un sitema mecánico muy perfeccionado, consta de un mecanismo de palancas y poleas calculado a la perfección, y controlado por un gran número de receptores que se encargan de mantener la integridad de todos los tejidos y de la biomecánica.
Por esto cuando se somete a una intervención debemos contemplar que la integridad del segmento se mantenga, y que el problema que se ve no tiene por qué ser el orígen de la "disfunción".
Sí que hay casos, en los que se requiere la cirugía,por deformidades congenitas o por ejemplo debido a que el tejido está tan maltrecho y deformado que no hay manera posible de reestablecer la homeostasis, y resulta muy doloroso en el día a día,(de la cirugía estética, no tengo nada que decir, porque no creo que el problema esté en la zona estéticamente afectada, está en otro lugar el problema, por encima de los hombros).
En estos casos, en los que podría estar indicada la cirugía, también habría que hacer un plan de prevención, porque simplemente se actúa sobre el agente "irritado" pero no sobre la causa, y puede volver a aparecer en la misma zona o en otra zona en la cual al cuerpo le sea más fácil adaptarse a su mal funcionamiento.
Los problemas que pueden aparecer en caso de realizar una cirugía mal indicada son entre otros:
- Racaída en el problema.
- Rigidificación de la zona intervenida, pérdida parcial o total de la movilidad de los segmentos intervenidos.
- Pérdida de sensibilidad, de autonomía del movimiento.
- Algodistrofia refleja de Südeck, por alteración del sistema nervioso vegetativo,
- Mala cicatrización, queloide, retracción...
- Alteración de otra zona debido a la alteración biomecánica generada en el problema original.

Todos estos problemas, por ejemplo pueden aparecer en cualquier intervención, en el caso de los pies, al intervenir un hallux valgus (el común juanete) o unos dedos en garra, influye en la marcha, porque los dedos, son el final de la palanca de propulsión del pie, son zonas acras en las cuales la circulación ya solía estar alterada por el problema original, y la mala irrigación dificulta aún más la recuperación de los tejidos.
Además de todos estos puntos comentados, debemos pensar que en los pies llegan puntos energéticos de hígado, bazo, riñón, vejiga y vesícula biliar, y por tanto la alteración sufrida puede estar influida por ellos, y de igual modo la intervención quirúrgica puede estar afectándolos.
También en el pie se encuentra una gran riqueza de tejido conjuntivo, el gran desconocido, donde se realizan muchas reacciones químicas, y además es un tejido muy potente de gran importancia biomecánica.
En la consulta he llegado a encontrar personas operadas de los dedos en garra, los cuales han perdido todo control voluntario de la movilidad, son como apéndices inútiles. También he llegado a ver un caso e el cual amputaron el segundo dedo porque estaba en garra,... la verdad es que hay muy buenos cirujanos (podólogos y médicos), pero también se realizan grandes barbaridades. Cuando hay una propuesta de tal índole, no está demás consultar algún profesional más para que nos dé su opinión.

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